Como todos sabéis, el pasado sábado 28 de enero se realizo un homenaje sorpresa a Isa y Rober, y esperamos que no olviden jamas este emotivo día.
A parte de los amigos del Club, asistieron a la celebración los padres y familiares de los homenajeados así como diversos amigos hechos en las cumbres y por supuesto los Doctores Morandeira y Nerín.
Tras la comida, el Doctor Morandeira hizo entrega a Isa de una medalla en reconocimiento a su heroicidad al bajar a Rober desde la cubre del Lothse hasta el campo base y su posterior dedicación y empeño en su recuperación. Y como el propio Morandeira señalo, esto no es ninguna tontería...solamente 10 personas en el mundo son poseedoras de esta condecoración.
Después de la comida, unas copitas y a menear el esqueleto en la pista de baile.
2 comentarios:
Grandeza
(Escrito el día 25 de enero, recién llegada del más emotivo acontecimiento vivido por mí en los últimos tiempos.)
Podría empezar afirmando que hoy ha sido un día memorable y lo ha sido. Podría hablar sin parar de la gente buena, de la gente grande, de los héroes y del amor incondicional. Podría también alabar esfuerzos y honrar valores como el altruismo y la generosidad, la ilusión, la alegría y la esperanza. Podría, pero todo ello quedaría escaso ante la intensa emoción que hoy hemos vivido junto a Isa y Rober en El Regato. Una gran familia bajo un mismo techo en la que ya no cabía distinguir vínculos ni consanguinidades.
¿Personas? Más que eso: Personalidades, humanidad a raudales, potentes temperamentos que han exaltado a los héroes a quienes tanto admiramos. Por todas partes gente buena, gente grande, gente sencilla, conocidos y extraños que parecíamos ser amigos de toda la vida. Como la magia que reside en los cuentos o la mano poderosa de los dioses mitológicos hoy hemos constatado que el amor mueve...montañas y que sus cimas están en los nombres de quienes por un momento auparon con su pensamiento a quienes llevaron hasta allí sus pasos.
Y entre risas y lágrimas, entre la euforia, la admiración y la exaltación hemos tenido el honor, el lujo y el privilegio de constatar que los grandes siempre son humildes y que los suyos son la constelación que les arma de valor. Yo me he sentido hoy una estrellita en su inmenso cielo azul, brillando junto a otras muchas y he imaginado que todos formábamos una vía láctea para que Isa y Rober siguieran su senda, para que tuvieran referencias, para que no se perdieran en ninguna oscura noche.
Hay que ver cómo los auténticos héroes hacen posible que el resto de los mortales nos creamos que también somos importantes a su lado.
Hoy soñaré, seguro, con un cielo infinito y una lluvia de estrellas atravesándolo hacia la única dirección posible: la grandeza humana.
Blanca Sanz
comida homenaje a la farlopa
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